martes, 28 de enero de 2020

¿Cómo mueren los mitos? - Claude Lévi-Strauss (1971)


Aquí se tratará de la muerte de los mitos, no en el tiempo sino en el espacio. Se sabe, en efecto, que los mitos se transforman. Estas transformaciones que se operan de una variante a otra de un mismo mito, de un mito a otro mito, de una sociedad a otra sociedad para los mismos mitos o para mitos diferentes, afectan ora la armadura, ora el código, ora el mensaje del mito, pero sin que éste deje de existir como tal; respetan así una suerte de principio de conservación de la materia mítica, en los términos del cual de todo mito podría siempre salir otro mito.

No obstante, ocurre a veces que en el curso de este proceso la integridad de la fórmula primitiva se altera. Entonces esta fórmula degenera o progresa, como se quiera, más acá o más allá de la etapa en que los caracteres distintivos del mito siguen siendo reconocibles, y donde éste conserva lo que, en el lenguaje de los músicos, se llamaría su carrure. En tales casos, ¿en qué, pues, se transforma el mito? Esto es lo que nos proponemos examinar aquí en un ejemplo.

Con sus vecinos meridionales Sahaptin, los pueblos de la familia lingüística salish ocupaban, en la época histórica, un área prácticamente continua que se extendía de las montañas Rocosas al océano Pacífico, cubriendo en términos generales las cuencas de los ríos Columbia al sur y Fraser al norte. En este vasto territorio se recogieron las variantes numerosas de un conjunto mítico organizado en torno a la historia de un vejete pobre, enfermo y despreciado, generalmente llamado Lince. Por astucia, fecunda a la hija del jefe del pueblo; en vano se interrogan a propósito de aquel embarazo incomprensible. Nace un niño que designa a Lince como su padre; los pueblerinos indignados abandonan a la pareja sin fuego y sin comida. Solo o ayudado por su mujer, Lince recupera su naturaleza verdadera, que es la de un guapo joven y cazador experto. Gracias a él, la familia vive en la abundancia, en tanto que los del pueblo que se alejaron se mueren de hambre. Finalmente, se resignan a volver y piden perdón, que obtienen, junto con vituallas, quienes no se habían encarnizado demasiado maltratando y desfigurando al héroe.(2)

miércoles, 23 de enero de 2019

La post-vérité va-t-elle profiter à la démocratie ?





Nous recevons Manuel Cervera-Marzal, philosophe et sociologue, qui publie "Post-vérité. Pourquoi il faut s'en réjouir" (Le Bord de l'eau). Faut-il craindre l'avènement de la post-vérité ? La première vertu d'un citoyen n'est-elle pas de savoir mentir et de déformer la réalité pour la transformer ?

La post-vérité pourrait-elle finalement s’avérer bénéfique à la démocratie ? C'est ce que défend l'invité de la Grande Table des idées, le philosophe Manuel Cervera-Marzal, pour son essai Post-vérité. Pourquoi il faut s'en réjouir, qui vient de paraître aux éditions Le Bord de l'eau. 

La post-vérité peut-elle s’avérer profitable ? Comment la démocratie peut-elle bénéficier de ce nouveau rapport aux faits moins déterminants que les opinions personnelles ? Et si la post-vérité était le première des contre-vérités … C’est le parti pris de notre invité, auteur précédemment de Les Nouveaux désobéissants : citoyens ou hors la loi, aux éditions Le Bord de l’eau. 

domingo, 28 de octubre de 2018

La posverdad somos nosotros - Joaquín Müller-Thyssen

 

Cuando, a finales del 2016, el diccionario Oxford eligió post-truth como palabra del año, su alternativa en español, posverdad, se incorporó rápidamente a nuestra lengua para nombrar a un fenómeno que muchos contemplábamos perplejos. La lengua suele ser muy precisa y aquí el prefijo post- no encierra su sentido habitual de posterioridad, como sí ocurre en posguerra, sino que da el sentido de superación del concepto designado, la verdad, que pasa a considerarse irrelevante o carente de importancia. Es lo mismo que sucede, por ejemplo, con la voz posindustrial, que define el periodo en el que la gran industria continúa, pero ha sido desplazada o ha perdido relevancia frente a otro sector, el de las tecnologías. Y es aquí donde uno debe comenzar a preguntarse qué es lo que ha desplazado a la verdad. Los expertos lo achacan a la fuerza que han tomado en nuestro mundo las emociones frente a la objetividad de los hechos, pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí?

Conviene señalar que la posverdad es algo distinto de la mentira. La mentira, como dice el filósofo americano David Livingstone Smith, es una habilidad que crece en lo más profundo de uno mismo. Es un factor evolutivo ventajoso, que siempre ha estado entre nosotros. La posverdad, sin embargo, no es tanto una presentación falseada de una manera simplista de los hechos como un aprovechamiento descarnado de la actitud acrítica que tiene el sujeto receptor del mensaje, al que no le importa que le distorsionen la realidad porque ya hace tiempo que no espera la verdad del emisor. El sujeto receptor es un descreído que se ha rendido ante la manipulación de la realidad.

jueves, 25 de octubre de 2018

Cultura y simulacro - Jean Beaudrillard (1978)

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Jean Baudrillard se ha convertido en el sociólogo por antonomasia de la era "post-marxista". Sus análisis sobre el mundo de los signos, el fin de lo social, el delirio de explicarlo todo, se han hecho célebres. Un atentado terrorista, ¿es una farsa política? La búsqueda de pruebas "objetivas" se pierde en el vértigo interpretativo. El caso es que nos enfrentamos con una lógica de la simulación que no tiene ya nada que ver con la lógica de los hechos. La simulación se caracteriza por la precesión del modelo sobre el hecho. El mundo entero ya no es real sino que pertenece al orden de lo hiperreal y de la simulación. No se trata ya de interpretar falsamente la realidad (ideología) sino de ocultar que la realidad ya no es necesaria. Las masas absorben toda la electricidad de lo social y de lo político; la neutralizan sin retorno. Las masas no son buenas conductoras, no irradian sino que, al contrario, absorben toda la radiación de la Historia, de la Cultura, del Sentido. Las masas son inercia; son el poder de lo neutro, un fenómeno altamente implosivo. Con una prosa nerviosa y sincopada, con un aliento cuasi profético, con una sensibilidad ya post-moderna, Jean Baudrillard va desarrollando sus más provocativas ideas a lo largo de los ensayos que componen este libro.



lunes, 22 de octubre de 2018

La antigua era de la posverdad - Jacobo Zabalo




La posverdad se ha convertido en la palabra de moda, que todo (y nada) explica. El término es empleado para denunciar un tipo de manipulación masiva, perpetrada en buena medida a través de la difusión tendenciosa de datos (sacados de contexto o directamente falseados), mediante una tecnología sofisticada e incontenible, que les da apariencia de objetividad. Una batería de argumentos sin fundamentar que percuten en el ánimo del sujeto y condicionan su acción. Y, sin embargo, la mal llamada “posverdad” es más antigua que la mismísima verdad.

La sociedad del espectáculo - Guy Debord


La sociedad del espectáculo (La société du spectacle) es un trabajo de filosofía publicado en 1967 por el situacionista y teórico político Guy Debord

A través de las 221 tesis del libro, Debord traza el desarrollo de una sociedad moderna en la que "Todo lo que una vez fue vivido directamente se ha convertido en una mera representación". Debord argumenta que la historia de la vida social se puede entender como “la declinación de ser en tener, y de tener en simplemente parecer”. Esta condición en la cual la vida social auténtica se ha sustituido por su imagen representada, según Debord, que "el momento histórico en el cual la mercancía completa su colonización de la vida social".